sábado, 17 de septiembre de 2011

Orgullo y Prejuicio

Tiene casi dos siglos y sigue siendo joven…

El señor y la señora Bennet están lejos de ser un matrimonio bien avenido. Él, de temple sereno, cariñoso y moderado, tiene que aguantar resignado los aspavientos nerviosos de su mujer, su mala educación y salidas de tono continuas. Ella, ignorante y de emociones inestables, vive con el único propósito de casar a sus cinco hijas para asegurarles un porvenir, pues la propiedad en la que vive la familia está vinculada a un descendiente por vía masculina y sólo Dios sabe qué será de ellas cuando sobrevivan a su esposo.
                               
Sin embargo, para nuestra protagonista, Elisabeth Bennet, una joven sensata e inteligente, segunda hija del matrimonio y favorita del cabeza de familia, a pesar de los esfuerzos de su atolondrada madre, encontrar un buen marido, rico y de buena familia que le ayude a medrar en sociedad, no se presenta tarea fácil cuando su dote se limita al encanto propio de la juventud y un puñado de familiares ordinarios sin una brizna de refinamiento.

En esas, el señor Darcy, rico y de buena familia aparece como el candidato ideal para ayudarles a medrar en sociedad, pues, a pesar de su distanciamiento e incluso brusquedad con los que considera de escala social inferior, siente por Elisabeth algo más que una mera inclinación.

No obstante, este personaje de inspiración para grandes galanes de estos últimos doscientos años, deberá dominar su orgullo y vencer a los prejuicios que por ello despierta en su enamorada.

Este clásico de Jane Austen (1775-1817) fue publicado por primera vez en 1813  y, todavía hoy, goza de gran éxito, pues con argumentos sencillos y enredos familiares la autora  nos descubre la comedia romántica del siglo XIX.

Reconozco que me he visto en alguna cafetería riendo sola con los alborotos de Lydia y Kitty, las hijas menores del matrimonio, y que en el metro la señora Bennet me ha arrancado alguna carcajada desde lo más profundo de mi vergüenza ajena.

Lectura agradable, de ritmo alegre, lenguaje delicado y humor sátiro la de esta obra maestra de la literatura inglesa. Una ventana a las costumbres de la época, una crítica a la sociedad, a la obsesión por el dinero, por el posicionamiento, por el poder.

Porque seguimos disfrazando la conveniencia de afecto y traicionamos en nuestro empeño lo que se cruce, incluso a nosotros mismos, Orgullo y Prejuicio sigue siendo demesita.


4 comentarios:

mientrasleo dijo...

Hoy traes un libro precioso, exquisito de leer.. imprescindible como bien dices. Coincido plenamente contigo.
Un abrazo

LQVL dijo...

Un libro maravilloso, un clásico que todo el mundo debería leer en algún momento de su vida

Te sigo
Besos
Lourdes

M. Huerta Canto-Sabala dijo...

Ha sido un placer leer el libro. Yo también sigo tu blog y recomendaciones.

Olga Olmedo dijo...

Muchísimas gracias por vuestros comentarios!besotes.

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