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Exquisita y romántica. La viola de Tyneford House de Natasha Solomons es una novela sobre el valor de cambiar sin abandonar la esencia que nos define.
Elise Landau es una joven austriaca, risueña y comilona que vive en el hogar familiar en Viena junto con su padre escritor, su madre cantante de ópera y su hermana, una virtuosa instrumentista que, además la supera en belleza.
Elise es una joven eminentemente feliz, sin más preocupaciones que el evitar que la descubran asaltando los postres durante la noche, sin embargo, en la primavera de 1938 en Viena la situación se ha vuelto hostil. Los nazis ostentan el poder y parece no quedar más solución que huir.
De este modo y como tantas familias de entonces, los Landau deciden marcharse y partir hacia un futuro incierto. Todos irán a los Estados Unidos. Todos salvo Elise, quien ha encontrado, por medio de un anuncio de trabajo, un puesto de doncella en una mansión isabelina en Tyneford, Inglaterra. Ella, de doncella. Ella que siempre tuvo servicio, que siempre fue mimada y cuidada como la señorita que era. Ella que no sabe cocinar, ni poner la mesa, ni servir el té ni mucho menos una cena distinguida sin derramar la sopa o hacer que los guisantes rueden por el mantel como un pelotón de hormigas verdes que huyen de algún desastre. “Pronto nos reuniremos”, le prometieron, “pronto estaremos de nuevo todos juntos en Estados Unidos”. A ella, que jamás había estado fuera de su familia, a ella que apenas habla inglés la envían lejos de casa, sola, a trabajar sin haberlo hecho en la vida y el único vínculo que la mantendrá unida a su familia será las cartas de su hermana y una viola que su padre le entrega antes de partir. Una viola que esconde en su interior un manuscrito.
En Tyneford Elise tendrá que superar las humillaciones que le traerán su nueva condición social, los enfrentamientos, las envidias y las malas formas de sus compañeros, y tendrá que asumir que el mundo que conocía ha dejado de existir para siempre. Pero en Tyneford Elise también encontrará el amor, que quien lo conozca o haya tenido la suerte de conocerlo sabrá que llega como un relámpago, sin previo aviso y cuando esto sucede no hay nada que puedas hacer o decir, es imposible estar preparado u oponer resistencia. Ocurre sin más, en una fracción infinitesimal de segundo y lo cambia todo.
La viola de Tynerfor House es una novela dulce y profundamente romántica que recupera una forma de hacer literatura deliciosa, apasionada y a la vez entretenida que encantará sin duda a los amantes de Jane Austen. En ella, Natasha Solomons nos traslada a la campiña inglesa y nos enseña que dentro de cada persona existe esa luz especial, esa fuerza y esa magia inexplicable y desconocida que nos hace especiales, únicos y originales. Solo hay que saber mirar bien porque incluso dentro de un instrumento de madera, desvencijado y desafinado puede esconderse una gran historia.
Elise Landau es una joven austriaca, risueña y comilona que vive en el hogar familiar en Viena junto con su padre escritor, su madre cantante de ópera y su hermana, una virtuosa instrumentista que, además la supera en belleza.
Elise es una joven eminentemente feliz, sin más preocupaciones que el evitar que la descubran asaltando los postres durante la noche, sin embargo, en la primavera de 1938 en Viena la situación se ha vuelto hostil. Los nazis ostentan el poder y parece no quedar más solución que huir.
De este modo y como tantas familias de entonces, los Landau deciden marcharse y partir hacia un futuro incierto. Todos irán a los Estados Unidos. Todos salvo Elise, quien ha encontrado, por medio de un anuncio de trabajo, un puesto de doncella en una mansión isabelina en Tyneford, Inglaterra. Ella, de doncella. Ella que siempre tuvo servicio, que siempre fue mimada y cuidada como la señorita que era. Ella que no sabe cocinar, ni poner la mesa, ni servir el té ni mucho menos una cena distinguida sin derramar la sopa o hacer que los guisantes rueden por el mantel como un pelotón de hormigas verdes que huyen de algún desastre. “Pronto nos reuniremos”, le prometieron, “pronto estaremos de nuevo todos juntos en Estados Unidos”. A ella, que jamás había estado fuera de su familia, a ella que apenas habla inglés la envían lejos de casa, sola, a trabajar sin haberlo hecho en la vida y el único vínculo que la mantendrá unida a su familia será las cartas de su hermana y una viola que su padre le entrega antes de partir. Una viola que esconde en su interior un manuscrito.
En Tyneford Elise tendrá que superar las humillaciones que le traerán su nueva condición social, los enfrentamientos, las envidias y las malas formas de sus compañeros, y tendrá que asumir que el mundo que conocía ha dejado de existir para siempre. Pero en Tyneford Elise también encontrará el amor, que quien lo conozca o haya tenido la suerte de conocerlo sabrá que llega como un relámpago, sin previo aviso y cuando esto sucede no hay nada que puedas hacer o decir, es imposible estar preparado u oponer resistencia. Ocurre sin más, en una fracción infinitesimal de segundo y lo cambia todo.
La viola de Tynerfor House es una novela dulce y profundamente romántica que recupera una forma de hacer literatura deliciosa, apasionada y a la vez entretenida que encantará sin duda a los amantes de Jane Austen. En ella, Natasha Solomons nos traslada a la campiña inglesa y nos enseña que dentro de cada persona existe esa luz especial, esa fuerza y esa magia inexplicable y desconocida que nos hace especiales, únicos y originales. Solo hay que saber mirar bien porque incluso dentro de un instrumento de madera, desvencijado y desafinado puede esconderse una gran historia.